jueves, 28 de junio de 2012

Museos fallidos

La desdichada misiva del alcalde capitalino al presidente de la Diputación -ambos políticos representates de la conquista salnesiana - sobre la gestión de nuestro Museo Provincial, nos da pié a recordar los intentos fallidos de creación de museos que hubo en la ciudad del Lérez en la última década.
El primero fue el célebre MEPO, pues con esa denominación así llegó a constar en la puerta del pazo de Mugartegui, rehabilitado con fondos europeos URBAN precisamente para Museo Etnográfico. Sólo pensar el Bng, -que fue incapaz de atraer alguna industria o institución a la ciudad en más de una década - que tenía que crear una nueva infraestructura, le entró tal canguelo que acabó cediendo el espacio de Mugartegui al Consejo Regulador de la D.O. Rías Baixas, entidad que se ubicaba en Salcedo.
Aunque quizás el museazo más sonado haya sido el denominado como "Museo da Historia" aprovechando las excavaciones de la plaza de Valentín García Escudero. Cambios de la normativa urbanística, concurso internacional de proyectos, presupuestos multimillonarios, y sobre todo mucha propaganda, todo con el fin megalómano y soberbio, de gestar un proyecto que ya era notoriamente   insostenible en "tiempos de bonanza",-como así mantuvimos algunos - y que al final  la bendita crisis acabó por hacer inviable.
También en estos últimos años se adquirieron unos muiños en el tramo urbano del río de los Gafos para dedicarlos a fines museísticos pero a día de hoy no se sabe a ciencia cierta cual será su destino.
La verdad es que el político de Ribadumia acertó en este caso cuando dice que "Lores arregle a súa casa antes de falar do museo".

martes, 26 de junio de 2012

El verdadero puente de las corrientes

Lleva razón Xesús López cuando recuerda que el "puente de las corrientes" ya existía, y era- y es - el que se emplaza en la desembocadura del río de Alba, el cauce que transcurre por la marisma del mismo nombre.
Está integrada esta infraestructura en la denominada  Avenida de Domingo Fontán.
El pasado remoto del puente de las corrientes está en 1881, cuando el propio ayuntamiento de Pontevedra insta al ingeniero provincial a la construcción de un malecón en la ribera norte del río, que una el puente del Burgo con la Caeira. Se nota que la mano del Marqués de Riestra, con fábrica de cerámica y residencia en dicho lugar, estaba detrás.
Lo cierto es que se acabaría por realizar ese dique o malecón, y con la finalidad de que tanto río como marismas permanecieran sometidos al régimen de las mareas, se abrieron unos ojos ortogonales, que originaban unas fuertes corrientes al subir y bajar las mareas. Estaba servido pues, para los pontevedreses, que ese sería el "puente de las corrientes."
El nombre de las "corrientes" va unido para los talluditos vecinos del barrio de O Burgo al de la Resilla, lugar donde aprendieron a nadar generaciones .
Como nos recuerda Sabino Martínez, el presidente de la AVV de San Roque, por los estrechos ojos de aquel puente, se colaban a veces las gamelas de la Moureira para proceder a armar el aparejo de la "entallada" en la desembocadura arenosa del rio Alba, lugar donde además de mújeles se capturaban robalizas, reos, sollas, y anguilas.
Precisamente un marinero del citado barrio pontevedrés fallecería hacia 1940, en un naufragio originado por la excesiva fuerza de las corrientes, al estrellarse su embarcación con una zona de rocas allí existente.
Hace unos años se procedió a eliminar los ojos o aliviaderos del pequeño puente  para ser sustituidos por un vano de mayor amplitud.
Y ese es el puente actual de las corrientes, el verdadero, el de toda la vida.
No sabemos si por soberbia administrativa, desconocimiento o simple aborregamiento cívico y mediático, ahora se le hurta un nombre centenario a una pequeña infraestructura. 
Y eso que el Concello puso en marcha el plan "Chamámosnos asi" para reivindicar la microtoponimia tradicional del municipio.

lunes, 25 de junio de 2012

Tres puentes, tres sociedades.

Allá por el lejano 1980, siendo alcalde Rivas Fontán y ministro de Obras Públicas, Sancho Rof, se decidió ejecutar un puente que prolongando la arteria urbana de Cobian Roffigñac, diera salida al tráfico rodado hacia el norte, descongestionando a su vez el centenario puente del Burgo.
Al final, unos racionales ingenieros, tras las correspondientes expropiaciones en el entorno de Pasarón y Lérez, diseñaron un vial de unos dos kilómetros, provisto de cuatro carriles y pasos elevados, que como decimos, funcionaron y aun sirven de alternativa a los tráficos que iban por O Burgo.
Debió ser una buena obra cuando en nuestros días debe ser la único vía urbana donde se pueden celebrar competiciones de ciclismo como el célebre triatlón.
En cuanto al puente que vadeó el río- se inauguraría hacia 1983 - se diseñó sin concesiones. Un discreto tablero de hormigón sobre cuatro pilastras, de aspecto sobrio y funcional. Por no tener no tuvo ni nombre en sus primeros tiempos.

Sólo una década más tarde, en los felices noventa, la sociedad ya había cambiado. Estábamos en el boom de las Autonomías con los ya desaparecidos, Manuel Fraga como presidente de la Xunta y José Cuiña Crespo como conselleiro de la COTOP. Tocaba un nuevo puente, el de los tirantes.
Ahora la funcionalidad de la obra pública era secundaria y lo fundamental era la ostentación. De ahí la necesidad de ejecutar una obra-hito, que no tuviera en cuenta el paraje donde se insertaba la obra, ni que el tráfico desembocara en una zona escolar, ni que las piraguas y demás embarcaciones de recreo pudieran sortear esa infraestructura con pleamares vivas...La obra se inauguraría hacia 1995 siendo alcalde Francisco Cobián. Lo dicho, la megalomanía nos dejó ese enorme cartabón de hormigón y tirantes de hierro, eso si, el puente pasaría a los catálogos de obras singulares de ingeniería.

En los albores del siglo XXI tocaba construir otro puente. Su diseño sería la evolución lógica del anterior, muestra de una  sociedad en la que los gestores se permiten empeñar hasta el patrimonio de los nietos.
El nuevo puente que estos días se inauguró, nace con la obscenidad pública de declarar que aun no se hicieron los pertinentes estudios de tráfico para la comunicación entre las riberas urbanas.
La nueva infraestructura, de diseño edulcorado y polícromo, expresa a las claras el modelo de ciudad lúdica y feliz que gestionan sus promotores.No es dificil adivinar que la variedad de materiales de la obra, metales, vidrios, madera... hará imposible un correcto mantenimiento y no es dificil que las próximas generaciones no vean más que un amasijo de hierros oxidados. Eso es lo de menos, lo fundamental es el impacto mediático cortoplacista.
En fin, que si le preguntamos a cualquier persona - entendida esta como un organismo racional- con que puente se quedaría, desde el punto de vista funcional, de economía y aun de impacto ambiental, seguramnte nos diría que el primero de los reseñados.
Si le preguntamos a un mero votante seguro que nos responde que el último.

jueves, 21 de junio de 2012

Todo es amor

 
No sé que pasó en Pontevedra, que desde hace más de un año se desató una epidemia de amor.
El alcalde y sus munícipes se declararon enamorados de la ciudad y concurrieron a las elecciones con un "Por amor a Pontevedra". Desde entonces triunfó el amor y a todos encandiló.
Llegó a tal calibre el idilio, que hasta un periódico rosa surgió, para loar al gran artífice de la ciudad del tebeo rosa.
Ahora, ya extasiados los vecinos, se pretende enamorar a los de fuera bajo el slogan de "Pontevedra es un amor".
Hay que reconocer que hay amores que matan.


lunes, 18 de junio de 2012

Enhorabuena orensanos


Ayer el Faro de Vigo nos sorprendía con la publicación del "Informe Ardán", donde reconocía que la comarca empresarial de Pontevedra - ojo que no se incluye la de Morrazo, Caldas y Salnés - había caído al quinto puesto, siendo superada ahora por la capital orensana. Llama la atención pues, que aun estando la ciudad en el eje atlántico, el más prospero de Galicia, haya ocurrido este descalabro económico.
También avisaba que la interior zona de Lugo, a punto está de hurtar el cuarto puesto que siempre tuvo Pontevedra. Nos felicitamos por la prosperidad de la Galicia interior.
Lo cierto es que si hubo una característica de estos años del alcalde de la felicidad, esa fue la de la cultura antiempresarial. Empezando porque comerciantes y emprendedores llevan más de una década ausentes en el grupo de gobierno municipal, cuyos principales puestos son copados sistemáticamente por funcionarios de plaza fija. Faltó pues ese toque de sentido común y necesaria conexión con la realidad.
Lo demás es de sobra conocido. En estos últimos años de paz y amor, de relativa bonanza económica, se renunció a resolver el problema de las infraestructuras viarias, conexión con la Meseta, nueva estación, etc. No supimos elaborar un plan general que se adaptase a la nueva situación. Porque con el ladrillo se vivía muy bien...pero había que ir pensando en las alternativas a la construcción, algo que no se planteó desde la óptica infantiloide del gobierno local.
Aun discutimos después de diez años donde se va a situar un parque logístico ¿en Tomeza? ¿En Cerponzóns?
La cultura antiempresarial, nos ha permitido ver todos los años al alcalde de la ciudad del amor presidiendo manifestaciones contra el motor económico de la comarca, por supuesto sin ofrecer alternativas.
¿Y que pasa con el comercio? ¿Cómo es posible que se encuentren arrasadas calles tradicionalmente de gran vigor comercial como Riestra, Michelena o Sierra? Ojo que aquí no hubo en trece años la apertura de ninguna gran superficie comercial que le hiciesen sombra.

En fin, fueron años de generación de incertidumbre y frivolidad, de triplicar en una década el número de parados, de priorizar ante todo el tipo de flores que había que poner en las rotondas...  A quien se le cuente que somos la única ciudad del planeta Tierra donde un alcalde médico se opone a la construcción de un nuevo hospital. Aunque hay que reconocer que la felicidad y el amor pontevedrés han eliminado la enfermedad y aun la vejez. No son necesarios centenarios asilos. Ni aun son viables con nuestro diezmado tejido socioeconómico, humildes televisiones locales.
Si a la mala gestión le sumamos la total ausencia de autocrítica al modélico model de ciudad y la huída hacia adelante echando la culpa al resto de las Administraciones, el desastre está servido.

jueves, 14 de junio de 2012

XXV Años de Lores

Resulta inconcebible, desde una óptica democrática occidental, que se pueda celebrar que un concejal electo lleve un cuarto de siglo en un cargo.Precisamente la esencia de la democracia es la alternancia, el recambio y sobre todo la limitación de mandatos. Que una persona pueda llevar veinticinco años atornillado a un sillón no deja de ser todo un "typical sapanish", una muestra del funcionamiento anormal de nuestro sistema político que lleva impidiendo resolver la principal lacra de nuestro tiempo: el preciso relevo generacional.
Si nos centramos en los años que lleva Lores como alcalde, lo primero que hay que señalar es que fue un político que se encontró con los deberes hechos. Heredó un Plan General de Ordenación Urbana, elaborado en 1989 y que precisamente votó en contra. Se encontró con un flamante polígono industrial a estrenar, con un Auditorio y recinto de exposiciones, con una nueva sede judicial, con una isla de las esculturas, con todo un plan Urban para la zona histórica, con  un campus universitario...¿Cuántas titulaciones consiguió Lores para la ciudad? ¿Cuántos centros educativos se construyeron durante el mandato del alcalde del Bng? ¿cuántos hoteles de referencia se abrieron en Pontevedra?
El único mérito de Lores, hasta ahora, ha sido gobernar en el mejor período de bonanza económica de la historia reciente de la ciudad. Llegó en un época de expansión urbana, principalmente hacia el Este, donde se edificaron algunas unidades de actuación en A Parda, Campolongo, el traslado de Tafisa... Porque aquí el negocio inmobiliario alcanzó cifras fabulosas. Como no se recuerda y volveremos a topar con las generosas ayudas de la Unión Europea, el Estado o la ya en vías de extinción, Comunidad Autónoma.
Si todas esas plusvalías las inviertes en maquillaje urbano y haces una política resultadista con la colaboración de los calzonazos de turno, y además institucionalizas la división y fractura social con el "o estás conmigo o estás contra mi" - como  ejemplo la existencia de tres federaciones vecinales - los resultados ahí están.
Al día de la fecha no se resolvieron las grandes reivindicaciones del 5-J, en cuanto a infraestructuras, modelo de ciudad administrativa, etc... Es que la paradoja política es grandísima. Tenemos a un alacalde de un partido que odia la división provincial y así es imposible que pueda haber defendido el modelo secular de capitalidad.
Lo único cierto es que una década después de la llegada de Lores a la alcaldía, Pontevedra es una ciudad que no sabe lo que quiere, es un mero polígono residencial entre Vigo y Santiago.
No se ha sacado adelante el nuevo plan de ordención urbana, nada se sabe de un posible desarrollo o alternativa industrial, turística, educativa, sanitaria, administrativa, de cooperación intermunicipal y de ejecución de infraestructuras...
Porque ya hay que tenerlos muy cuadrados para decir que Pontevedra ha mejorado cuando solamente en diez años con Lores en la alcaldía, se ha triplicado el número de parados en la ciudad.
En fin, como otra verdad generacional, al menos el señor que sale en el repostero de la fotografía firmó los decretos que posibilitaron la construcción de un Ambulatorio en la Alameda y de un hospital en Montecelo, lugares donde en todo caso, como es público y notorio, el alcalde Lores y su mujer tienen la "plaza fija".

martes, 5 de junio de 2012

La inaccesibilidad de la Herrería

Curiosamente la reforma urbana más demencial que se autorizó en nuestro tiempo en el entorno de la emblemática plaza de la Herrería, fue realizada en los últimos meses del mandato del alcalde Pedrosa.
De aquella se procedió nada menos que a cegar con una escalinata la cabecera de la calle de Benito Corbal o del Progreso -en las inmediaciones del café Savoy- aquel vial ilustrado que impulsara Pedro de Acuña en los primeros años del siglo XIX.
Aquel modelo de ciudad propuesto por los burgueses pretendía "poner en valor" toda la ciudad antigua, al comunicarla, una vez derribada sus murallas, con el interior de la provincia, Orense y el resto de Europa. Justamente en nuestra población se estaba haciendo lo mismo que en la mayoría de las ciudades europeas, que abandonaban los viejos hábitos feudales para abrirse al mundo contemporáneo. De ahí se explica que se pudieran asentar grandes centros comerciales como las firmas de Olmedo, Varela, Afar, Beledo, Garza...y que la zona vieja fuera además de emporio comercial, residencial.
Los italianos a estas operaciones de nuevas vías insertas en las antiguas tramas urbanas, que sirvieron para renovar las ciudades, las denominan con el calificativo de sventramento.
El cegado de la calle del Progreso, por donde salían desde los carromatos hasta las diligencias, taxis o autobuses abrió la veda de la inaccesibilidad al centro histórico poniendo fin a la era comercial y aun residencial del mismo. 
Huelga decir que para los gobiernos del bng , tan propensos al hombre lúdico y enemigos acérrimos de lo que huela a progreso, a industria o a comercio - ahí están las cifras de paro que certifican el fracaso de su modelo de ciudad - aplaudieron y consolidaron esta actuación.

La reforma actual propuesta para la plaza de la Herrería, basada en el chantaje de la accesibilidad, no tiene otro fin que llevar a sus últimas consecuencias, eso si, poco a poco y adaptado a las nuevas exigencias presupuestarias, el denominada proyecto faraónico de "Gran Ferraría". Donde el protagonista será la piedra gris aserrada industrialmente, y la unificación de espacios, tal como estaba en el siglo XIX... pero sin recuperar la salida hacia Benito Corbal, por supuesto. Pensar que la coqueta plaza de la Estrella, pionera ya desde 1945 en los usos hosteleros y turísticos tiene los días contados...
De todas formas el zombie medio pontevedrés, incapaz de percatarse de que está ante los peores regidores que tuvo la villa desde 1169, verdaderos generadores de miseria y desolación, aprobará que se adapte ahora la Herrería para acoger una pista de aterrizaje de las naves extraterrestres que nos visiten de otros planetas.